martes, 12 de junio de 2012

Crónica de una peleada despedida...

Hola amigos...Esta vez escribo entre lágrimas...Después de una lenta pero peleadísima lucha, se nos fue Silvina, la mujer de mi padre desde hace más de diez años. "Dejó de sufrir" me escribió su hija más grande para darme la noticia.
Esta muerte, su camino hasta ella, me hizo plantearme y plantearnos, creo, un montón de cosas a todos. Lo que nos cuesta aceptar la UNICA certeza que tenemos en la vida: la muerte. Saber que somos finitos, simples mortales y que no sabemos cuando, donde y como, pero nuestro final está escrito desde el momento cero de nuestra existencia. 
Si hay algo que nos dejó de enseñanza Silvina es la lucha, el valor por la vida. Todavía me queda resonando en mi cabeza una frase que le dijo hace unos meses el médico oftalmólogo que combatiría con rayos una "pelotita" que tenía detrás del globo ocular: "si por tener una año más de vida pierdo un ojo, no me importa.. Total tengo el otro". Que fuerte! Y nosotros hacíendonos problemas por tantas pavadas materiales... 
Ya en agosto se había empeorado mucho su mieloma, le dieron días de vida. Pero ella decidió darle pelea otra vez y someterse al tratamiento. Tiró abajo todos los pronósticos médicos y en diciembre estabamos compartiendo la cena de navidad todos juntos. Sus hijas con sus familias y nosotras con las nuestras. Estaba contenta de que estuviesemos todos juntos. Todos festejamos la vida esa noche buena. 
El domingo pasado la fui a ver. Me quedé unas horas. Charlamos, chusmeamos, nos reimos... Al otro día sugerí que le llevaran música para hacerle la vida más linda sea lo que sea que le quedara. También para que el acompañamiento no sea tan duro para los demás. Pidió temas y discos para escuchar. Creo que les hizo bien a todos. A mi , por lo menos, si. Me quedé en paz de que al menos algo por ella en ese momento pude hacer. A lo mejor es un pensamiento egoista, no sé...Pero estoy en paz...
Este camino hasta el final, fue un simbronazo como ya les dije. Ahora trato de no engancharme con las cosas que me hacen mal. La vida es corta, es frágil, es una sola. ¿De que sirve vivirla enojados, quejándonos, peleándonos? No saben lo fuerte que es ver morir a una persona que no se quiere morir,  que ama la vida. Ahi entendí la pulsión de vida de la que tanto habla Freud. Silvina fue pura pulsión de vida. Su espíritu era mucho más fuerte de lo que pudo su cuerpo y eso la mantuvo en pie tantos años. La fé en Dios. La confianza en los profesionales. La vida espiritual. 
No entendía porque se la pasaba hablando de remedios y de "los blancos" todo el tiempo, cuando se la veía bien. Después entendí que era su manera de hacerse fuerte ante el mounstro, de darle batalla.
La noche que me enteré que la internaba con un mal pronóstico, soñe que me decía: esta no me va a ganar! Ya le gané otras veces! La voy a luchar!" Y realmente lo hizo, tanto como pudo. Hasta que decidió que era mejor ir con su abuela y con su madre... Te vamos a extrañar, Silvi....
Hasta la próxima, Daniela....