viernes, 27 de septiembre de 2013

Crónicas bancarias

Hola Amigos! Acá estoy nuevamente. Esta vez para compartir una escena que les puede ser familiar y porque no, cotidiana. El trámite bancario. Hace dos años que opero por el home banking para evitarme el trastorno de las colas y esperas interminables para pagar o cobrar. Pero esta vez tenía que ir si o si al banco ciudad para abrir la cuenta sueldo del nuevo trabajo. También podía cobrar lo que tenía depositado por ventanilla. 
Primer intento: viernes 20 , aprovechando el asueto por el día del estudiante, me dirijo a la sucursal que me correspondía. Para hacerla más fácil era en pleno microcentro! Con lo que me gusta transitar por esa zona los días de semana... Bue, un esfuerzo, de paso paseaba... Llego 10:05 hs. a la  sucursal y me llamó la atención la gente esperando afuera. A los diez minutos aparece personal del banco a decir que no saben cuando van a abrir porque se inundó la sucursal. Espero otro rato por si secan. Aparece otra vez el personal a decir lo mismo. Las personas que podían hacer sus trámites en otra sucursal, la mandaban, pero a mi solo me podían atender en esta! Que puntería!!Espero un rato más, solo un rato, abrigando la esperanza de que una máquina succionadora de agua o un buen trapo de piso seque todo rápidamente. Pero esas cosas no suceden en la vida real. Al rato sale la gerente de la sucursal y sin dar más vueltas comentó que desbordaron la cloacas y que con soretes flotando no iba a abrir. Y lo bien que hacía... Yo me tuve que volver sin hacer el trámite y sin cobrar.
Segundo intento: lunes siguiente llego a la sucursal en subte. Vieron que cuando vas en subte, bajo la tierra, la salida a la superficie es la bienvenida a situaciones desconocidas. Yo cada vez que emerjo a la vereda tengo que dar una vuelta como los perros antes de dormirse para saber para que lado tengo que caminar. Esta vez fue tal cual, con la suma que al asomar empecé a escuchar música fuerte,bombos, discursos.A medida que mi cabeza salia al exterior empezaba a ver banderas verdes. Me voy acercando a la sucursal y veo un enorme escenario que iba de cordón a cordón de la vereda. La calle cortada, todo esto en la mismísima puerta del banco. Ah nooo, la que me faltaba. Entro, los bombos retumbaban dentro del banco, y saco un número: 159. Miro el tablero y estaba en 150. En los 20 minutos que me quedé esperando no llamaron a nadie. Me tuve que ir a una práctica , pero con la idea de regresar al medio día.
Tercer intento: Lunes al mediodía. Me tomo el subte rojo. Bajo en Florida y otra vez estudiar para donde salir. Cuando iba llegando, veo cada  vez más policías, los bombos cada vez más fuertes, la gente de traje quejándose de la cantidad de "negros" que había dando vueltas. Explosiones. Cada vez más fuerte todo. Llego a la puerta del banco y a que no saben? Siii, cerrado. Claro, solo a mi se me ocurre en medio de una manifestación de Moyano, ir a cobrar el sueldo. 
Cuarto intento: martes 10:05 hs. Hoy no hay cloacas y nada flotando, bombos ni manifestaciones. Hoy si, hoy tenía que ser!  Saco número: 219. El marcador tenía el 216. Bravo! Esperé 30 minutos hasta que me llamaron. Mientras esperaba recordé cal era el lema publicitario: el banco que te quiere ver crecer. Ahí entendí: te hacen esperar hasta que hechas raíces y te salen los brotes. Me senté con todo el apuro y la mujer saca un block con varias fotocopias y viendo mi cara de apuro me dijo: acomodate, porque va a llevar un rato. Bue, cartón lleno! Me hizo firmar tantos papeles que no sé si entre ellos estaba donándole mis bienes. Cuando le digo que quiero cobrar me dice que podía sacar todo pero restando $13.- que es el valor de la boletita de extracción. Ah, dije por dentro, si el tema es la boletita, yo tengo una hoja en limpio y una tijera, me la hago yo y me cuesta cero peso.
A la media hora estaba sumergiendome en la tierra para volver, con trece pesos menos, pero con el trámite iniciado.
Esta vez , la tercera no fue la vencida. La casi vencida soy yo cansada de ir al banco para nada!
Ah, menuda bronca me agarré cuando me enteré que a mis compañeros le dieron la plata sin descontarles la boletita!!!
Hasta la próxima, Daniela.