lunes, 16 de diciembre de 2013

La sala de espera.

Hola amigos!
Hace unas semanas tuve que hacerme un estudio por un problemita de tiroides. Y si...tanto andar corriendo, ahora las pobres andan a mil provocándome hipertiroidismo. Bien, de repente, pastillas, ecografías, estudios y más estudios. 
Esta vez, tenía que hacer un estudio que requería ir tres veces al sanatorio. El primer día, hago el check in, y espero en la sala de imágenes. En esa sala hay de todo, embarazada esperando para la ecografía, viejitos para densitometrías y demás, otros para radiografías, algunos un tanto enclenques, los que recibieron trato inmediato. De repente llega un nenito con su madre, lo llaman y se escucha desde adentro los alaridos! Pobre nene...Estaba sentada y frente mío una mujer para el mismo estudio que yo que no paraba de hablar...A ésta la tiroide la aceleraba más que yo, lejos... En eso aparece un tipo, muy enérgico , a golpear una de las puertas. Con tanto énfasis que vino el de seguridad a ver que pasaba. Yo pensé: debe haber venido con alguien accidentado o muy grave. Porque preguntaba por alguien o algo. Fue y vino, varias veces, muy alterado. Hablaba con los de seguridad, golpeaba, se quejaba, se agarraba la cabeza desesperado. Toda la sala de espera, sin nada mejor con que divertirse, comenzamos a ser espectadores  de tales escenas. En lo mejor de la película, me llaman. hace falta que les explique el trabalenguas en que se convierte mi apellido? Otra vez, pasé a ser Daniela M. jajaj Me hacen dar la vuelta por un pasillo interno por donde circular los médicos. De los tres días que fui, nunca encontré menos de dos personas en sus camillas o sillas de ruedas esperando para hacer algún estudio. Me atendió un tipo un tanto lento para mi estado tiroideo y mis ganas de fugarme de la situación. Después de seis horas de ayuno, me invitan a tomar iodo radioactivo con un cuarto vaso de agua, un placer...Ahora tenía que volver y esperar una hora, fu...
Vuelvo a la sala de espera y, la charlatana, me puso al tanto del culebrón. El señor no estaba preocupado por ningún familiar accidentado, moribundo ni nada, estaba tan desesperado porque no encontraba su teléfono celular de tres mil pesos! La altruista charlatana, le prestó su teléfono y fue testigo de la transacción con quien lo tenía. Alguien que circulaba por el sanatorio y se lo daría a cambio de trescientos pesos. Pero ésta quedó sin efecto ante el comentario del dueño: "bueno, total vale tres mil" con el que remató la frase. Obviamente, le cortaron, así que ahí estaba recorriendo los 15 pisos y 5 subsuelos del sanatorio en busca de alguien a quien no conocía para que le devuelva su teléfono top.
La próxima hora, vimos como la gente de uno  de los consultorios salia "buscando"algo. Seguro lo tiene ellos, decía la charlatana. Y apoyé la moción , porque era raro el accionar. 
Al otro día entré y salí sin cruzarme a mi "compañera de estudio".  Ultima parte del estudio. Esta vez me inyectaron tecnesio radioactivo. Otra vez tenía que esperar. Mientras hacía las mediciones, el doctor lento me hablaba de su juventud y yo, con ganas de cachetearlo para que se apure y salir ya de ese lugar lleno de olor a químicos y frío.Me invita a pasar a otra habitación hasta que baje el tecnesio y a que no saben a quién me encontré? Siii, a la charlatana. Lo primero que hizo fue ponerme al tanto del la historia del celular. Sabés que me llamó el tipo, me dijo, yo me asusté porque pensé que eran los ladrones. Pero no, era él para agradecerme por lo del préstamo. Parece que alguien dio con el en el sanatorio y se lo devolvió.Obvio que sacamos nuestras conclusiones sobre el caso...
Me hicieron la imagen dentro de una máquina, junté todo y me fui. Basta para mi de medico por unas semanas! No sé que Hubiese sido para mi si no me encontraba con este suceso en la sala de espera....
Hasta la próxima....