Crónica del primer día en Mercedes

Hola , amigos!!!
Estoy contenta...Hoy empecé a trabajar en el conservatorio de música de Mercedes (Bs.As.) Mis primeras experiencias en nivel terciario.
Anoche me encargué el remise para ir a la darsena del colectivo que me llevaría a Mercedes en hora y media! Como salía a las 7:10 y a esa hora es medio de noche y, después de que mi amiga Ailín me asustó, me fui en auto. El colectivo vino puntual y llegó puntual a mi destino. Cuando me bajé casi no sé para donde disparar, menos mal que mi amiga me hizo un mapa a mano. Con la guía filcar no me oriento, eso que es super precisa, imaginen con este mapa a lápiz. Pero me fue bien. El lugar es re lindo. Las cuadras re cortas y llenas de árboles. Me hizo acordar a Luján.
Por fin llego al conservatorio, un lugar pequeño pero bien cuidado, limpio y ordenado. La gente muy amable. A la mañana medio que me asustó el silencio. Habían faltado algunos profesores y por eso estaba tranquilo. Con el pronóstico acertado de que no aparecería ninguno de mis alumnos, seguro porque no les avisaron que había suplente, me había llevado el método de cello para estudiar y los apuntes de Freud para leer.Me alcanzó y sobró el tiempo para hacer las dos cosas.
¿Como ocupar ocho horas reloj sin alumnos? Fui a buscar los instrumentos y tuve la feliz idea de cambiarle el puente a uno de ellos. Como no podía darse todo tan fácil rompí una de las cuerdas. Obvio me hice la boba, no daba como presentación. Igual tengo en casa cuerdas de repuesto y el viernes próximo la repongo y "aquí no ha pasado nada".Para rematarla, a la hora de la merienda me voy a ver si me comparten un mate en la preceptoría y ¿a que no saben que me mando? Tiro el mate en las listas de asistencia! Menos mal que no avisé lo de la cuerda sino me sacaban por catrasca.
Me pasó algo raro esta semana. Al tomar estas horas, tengo que dejar otras en la escuela primaria. Para ayudar a cubrir esas horas, hice unos cartelitos para pegar en el conservatorio de Moron. Después de dos años vuelvo a entrar. Siempre le pasaba por la puerta y, a veces, ni eso. Volví a sentir ganas de salir corriendo! Mucha gente, mucho ruido, sonido, murmullo... Contaminación visual, patio lleno de obstáculos porque la institución crece pero el edificio no. Asinamiento en las aulas... Un caos. Agradecí no tener que transitar más por allí. No voy a negar que pasé muchos momentos hermosos ahi dentro , pero hace tiempo que no me produce lo mismo.
Hoy, estando allá, vuelvo a sentirme feliz de escuchar música por lo pasillos. Se ve que extrañaba eso. Mientras comía escuchaba un piano bien ejecutado, un pizarrón pentagramado con fragmentos de algún ejemplo de armonía y mis chelitos me acompañaban. Me sentí feliz, estoy feliz. Vamos a ver como sigue...
Hasta la próxima, Daniela