Cronica de autoescuela.

Hola amigos! hoy desafié a mi miedo y tomé la primera de dieciseis clases de manejo en un autoescuela de Morón.
Entré a la oficina con motivo de averiguar por las clases, ya había ido a otra y solo me daban diez clases de manejo y para prepararme para el registro, tenía que pagar cinco o seis más aparte. Estos me ofrecían un paquete un tanto saladito aunque más barato que el otro por todo junto. Bien. Lo primero que le dije ni bien empezó la cunsulta era que quería aprender a manejar (observen "quería", ya es un avance) pero que tenía miedo ( no se los detallé a todos: matar gente, romperte en mil el auto, que se pare repetidas veces, y podría seguir...)El señor muy seguro me dijo: si tenés tiempo ahora, te damos la 1er clase y vas a ver que se te va el miedo, después arreglamos. Me empaquetó! En dos segundo me dije: dale, antes o después tenés que empezar! Dije que sí y me llevó al estacionamiento donde están sus autos, me presento al instructor, al cual le anticipé que no sabía como iba a reaccionar que podía largarme a llorar, paralizarme, que tenía que tener paciencia y salimos. Me subió en el sillón del acompañante, (claro ni en pedo salía de ahi yo. Había muchos autos y lo más posible era que la 1er clase se convirtiera en un "autito chocador" de parques de diversiones). Me llevó hasta una calle poco concurrida y mientras íbamos me preguntaba por el miedo dándome confianza: el miedo se te pasa. Cuantos años tenés? Cuando le dije 32 le acoté encima estoy vieja! No, me dijo, hace poco le enseñé a mi novia que tiene tu edad (si, decía yo, pero no es carrofóbica!) Tengo otra alumna que si te digo el nombre te imaginás la edad, me dijo, Felicia. Más de sesenta tiré. setenta y dos, me respondió. (Si la vieja puede, porque yo no?!)
Bien, paró el auto, me hizo para al lado del conductor y yo ya transpìraba la gota gorda. Primero me explicó los pedales, el trablero, las luces, hasta como poner la valisa (eso lo sabía, tengo miedo pero no soy boba). Tenés miedo? me pregunta el vivo a lo que respondo no, con el auto quieto no! Bueno, lo encendemos y vamos a salir. Eh! dije para mis adentros, mientras hacía registro de los obstáculos con los que posiblemente me haría mierda en pocos segundos: una camioneta estacionada a unos tres metros, doble mano, colectivos de la 216 (ya sabemos como circulan esos guachos),los autos estacionan de los dos lados en esa calle. Obviamente, lo primero que le dije es: nos vamos a chocar con la camioneta. A lo que el pibe me dice: no, yo estoy aca, no voy a dejarte. Venían los autos de frente. Ahhhh, me pongo! Un viejito que me saluda, se sonreía. Claro iba aferrada al volante. Frená, aflojá el embrague, suave el acelerador,todo junto y yo que pensaba: cual de estos era el acelerador y cual el freno?, hasta que aparece el colectivo frené y nos pasó finiiito. Me concentré en la respiración. Como iría que el pibe me decía aflojá las manos y los brazos, jajajja. Muy desorientada le pregunto, la gente sabe que no sé manejar? Claro, el auto dice autoescuela por todos lados.
En una esquina no alcancé a girar porque no frené a tiempo asustada por un auto re atrevido que se me venía de frente, entonces seguimos. A unos metros, no sé porque, levanto todos los pies de los pedales y yo sé que pasa con eso, el auto se te para y ahi iba a empezar mi estres. Eureka, no se paró! Y yo re contenta digo no se paró. Poco me duró la contentura cuando el pibe me demostró que todo fue gracias al doble comando. Chicos, el doble comando te levanta la autoestima!
Cambiamos los lugares y emprendemos el regreso. En el camino, el pibe muy comerciante, me trataba de convencer que necesitaría más de 20 clases porque tenía mucho miedo. Este no me conoce, la primer porción de miedo me la sacó el costo del curso de 16 clases, prefiero andar a 60km/h antes de volver a pagar esa suma, y el resto del miedo en par de clases lo pierdo y me transformo en meteoro!
Si andan por las calles de Moron ajustensé los cinturones y lleven encima el carnet de la obra social. Hasta pronto, Daniela