sábado, 10 de noviembre de 2012

Bendito clima

Hola Amigos!
Bueno, que semanita, señores y señoras! Empezó el calorcito. La verdad que me estaba extrañando que todavía estuviere frequito. Otros años, a mediados de octubre ya nos estábamos derritiendo. Es más, mi señora madre, quien goza tener una linda pileta en medio del parque, a la que mantiene casi limpia todo el año, para septiembre ya la tenía en óptimas condiciones y ella con un dorado Caribe que ni les cuento. Pero recién esta semana la limpió este año! 
Mi alergia tampoco se hacía presente, otro punto a favor. Eso de levantarme a la mañana y atajarme la frente para no terminar con la punta del espejo del botiquín del baño o la alacena de la cocina incrustada en ella de algún estornudo, o fijarme de apoyar la taza llena de café con leche antes de bañarme con su contenido en otro de esos.  Si, porque si nunca tuvieron un ataque de estornudos alérgicos, les cuento que es de lo más molesto. Comienzan a los cinco minutos que abrís los ojos a la mañana. Imaginen que todavía no entras en si, que ya te estás sacudiendo a repetición. La cabeza se bambolea al son de los mismos, te lagrimean los ojos, que además de tenerlos chinitos de dormir me quedan más chiquitos de la alergia, te brota agua de la nariz previa picazón que se trasmite a los oídos. Un placer no? Ni sueñen, en estos casos hacer locuras como delinearse los ojos con negro, depilarse las cejas o desactivar bombas. Todas estas acciones podrán verse drásticamente afectadas por una cadena interminable de estornudos. Durante años he intentado mil maneras para reducirlos, pero niente! Lo que me hace sentir mejor es, después del estornudo 15 más o menos, es decir al finalizar cada uno fuerte y claro "mierda". No me los corta, pero me hace sentir de contenta....
Venía zafando de todo esto hasta esta semana que se le ocurrió venirse todo el verano y primavera juntos. El lunes tuve que salir si o si para ir a la facultad. Quieren que les cuente lo lindo que es viajar a zona sur en un colectivo repleto, con el sol a pleno y lejos de la ventanilla? Mejor no, ya se lo pueden imaginar. Cuando llegué no podía ni pensar del calor. En nuestro departamento, tenemos el sol desde el amanecer hasta las 10am aproximadamente. Bueno, el martes me acerqué a eso de las ocho a levantar la perciana del comedor y cuando sentí el fuego del sol entrar, decidí que estaríamos a media luz cuan desayuno romántico hasta que pase la hora. 
Todo se desarrolló en este orden. Mi presión por el piso, mi actitud de energía se traducía a un caracol : me arrastraba con bártulos encima y todo. Hasta desempolvé un abanico que mi tía Irma me había regalado para navidad. En su momento no le vi mucho sentido y ahora no salgo sin él! Que me digan lo que sea: locomía, vieja, gallega, no me importa, yo calor no paso!
El jueves, ya pegoteados, Rodrigo no hacía más que desear lluvia y frío. A mi con el fresquito me alcanzaba. Me puse contenta cuando me levanté el viernes y no estaba la tormenta pronosticada. Tenía que ir a Mercedes todo el día y no daba andar esquivando lluvia. pero el pedido de Ro fue tan enérgico que la naturaleza le dio el gusto. Estaba bajando del colectivo y de repente se hacía de noche. Me meto en el banco y se larga una tormenta de aquellas. Sandy, dige para adentro. Agua, viento, arboles meneandose con una violencia...Los autos haciendo olas desalojando el agua de las calles. Yo tenía un paraguas , pero el viento con que lo atajaba? Cuando más o menos paró, decidí hacer las seis cuadras que me faltaban. Venía bien, hasta que llegué a una avenida. De repente me vi como Mary Popins volando por la ciudad con mi paraguas y mi pollera. Llegué al trabajo con el pelo revuelto, mojadísima, muerta de frío,  esperando que mi ropa se secara con el tiempo. A la vuelta, me morí de frío!! Llegué a casa y lo miré a Ro, me acordé de sus deseos y le dije: gracias!
Hasta la próxima....

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