jueves, 15 de noviembre de 2012

Crónica de un cumpleaños de 15 o ¡como pasan los años!

Hola amigos!
El sábado fue el festejo de quince años de mi ahijada Candela. Una hermosa personita, hija de mi amiga del secundario. Todo el año fue el tema principal, imaginen. Así que no podía faltar. En este momento de la vida, es más común que me inviten a bautismos, nacimientos y casamientos que a cumpleaños de quince, así que era un poco raro... Por lo pronto una horda de adolescentes efervescentes arreglados y predispuestos a mostrarse y hacer pavadas toda la noche. Por otro lado, el típico comentario de vieja al momento de descubrir que esa bestia de metro ochenta bomba sexi era la tiíta de doce años que conocí cuando Cande era bebé.  Ni hablar cuando pasaron las fotos de la cumpleañera maquillada y producida para una sesión de fotos. Debo reconocer que casi se me pianta un lagrimón cuando vi estas fotos...
La fiesta estuvo hermosa, cálida y divertida. La niña super contenta y amosora como siempre. Todos contentos. No faltó mi pedido al fotógrafo de bajar unos añitos con fotoshop!
Ahora, como se nota la diferencia de edad: por ejemplo, yo tengo un sensor de vejez: si estás en una fiestas de estas donde hay música para bailar y tres temas seguido no los podes reconocer o conocer, listo estás quedado en el tiempo. Ni hablar si te mandas los comentarios como los que describí antes, no?
Pero la vejez también te da la madurez y las experiencia. Y acá me voy a detener! Imagen uno: a la hora de empezada la fiestas, todas las chicas que se habían subido a unos tacos impresionantes, estaban descalzas ensuciando sus medias. Noooo, mis queridas, nunca, bajo ningún concepto hay que perder estilo. Nada de bajarse de los zapatos. Nunca ir a una fiesta con semejantes tacos a estrenar, elemental Guatson. Esto se soluciona así: una semana antes desde que te levantas hasta que te acostas te montas en los zapatos. Colgas la ropa, haces la comida, pasas la escoba con los tacos puestos, de esta manera para la fecha, o tenés los pies destruidos o domaste los zapatos. Ah, tampoco vale cambiarlos por unas zapatillas u ojotas de playa.Mientras las muchachas hacían esto, los muchachos se sacaban la camisa de adentro del pantalón, las arremangaban y hasta se ponían la corbata de vincha, NOOOOO. Tendrían que haber aprendido del padre de la cumpleañera que se bancó estoico la corbata apretándole el cuello toda la noche.
Si hay algo que espero en toda fiesta es la mesa dulce. Quieren que les comente como esta horda de jovencitos se avalanzó como fieras a las tortas? Ya no hay respeto! Tampoco voy a contarles como las niñas hacían revuelo en el pasillo del baño con los chicos. Como pasa siempre, a los nabos de su curso ya les conocen las mañas entonces les echan el ojo al primito, tío y demás exponentes del sexo masculino que están repartidos entre las mesas. Pero acá hay que ser cautas, porque se te aparece una madre o novia celosa y listo! No pasa lo mismo con los varones. A esa edad, también les conocen las mañas a las compañeras pero no les da para las tías o primas y siguen insistiendo con las de siempre. Mejor mala conocida...
Lo malo, es que no hubo ramo, ligas ni cintitas, porque me venía bien para apurar a Ro!
Hasta la próxima...

2 comentarios:

  1. genial!!! pero si de apurar a ro se trata aca mi marido tiene algo para apurarlo, que te parece??? jajaja. sabri

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  2. fue el mes en que fallecio mi hermano :( :( :(

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