lunes, 19 de noviembre de 2012

Cronicas del trato a las minorías!

Hola amigos! Esta semana, a raíz de algunos eventos, estuve reflexionando sobre el trato, y en algunos casos, mal trato que se le da a las minorías. Mucha igualdad de género, mucho todos y todas, pero en los hechos, minga!
Les pasaré a contar algunos ejemplos de los cuales me he visto involucrada en algún momento de mi vida. Primero: cuando estaba soltera y sooolaaa. En ese momento en mi familia era la minoría, para no decir la unicaría. Como si no fuera poco atravesar mi soledad, me sumaban una abuela diciéndome solterona (claro, para su modo de ver la vida, con más de veinticinco y sola, quedabas para vestir santos), el resto de la familia queriéndome enganchar lo que venga. En el casamiento de mi prima Marcela, al que voy sola, invitaron al doble de Luis Miguel para hacer un show. El tipo en un momento pregunta donde estaban las solteras y tuve que soportar el señalamiento unánime de todas las mesas cercanas hacia mi. Eso no es nada, aparezco en el video con "Luis Miguel" a upa mío cantando "no sé tu" o alguna de esas. De postre, la tía Lili, queríendome enganchar a su hijo mayor, unos cinco años más chico!
Segundo: ser vegetariana. Decir que sos vegetariana es sinónimo de decir bicho raro. Ni les explico, si lo comentás en el momento que te invitan a un asado. Y acá, me voy a detener, el asado. Todo un tema. En mi familia, ya están acostumbrados, y me tiran a la parrilla choclos y demás verdura, alguna provoleta más las ensaladas que nunca faltan. Con un grupo de amigos, que no sabían como solucionar este "temita" que tengo, les comenté lo de las verduras y, alegremente, fue implementado con éxito. Entre los amigos y la familia soy la única vegetariana. El tema es cuando el asadito se hace a la romana. Entre mis amigos , todo bien, no me cobran la carne. Pero cuando no conozco mucho a la gente, para que no se rompan la cabeza pensando que le damos a esa chica, me llevo mi comida, que por lo general, son ensaladas que comparto con el resto. O sea, solo genero el gasto de la bebida, pero como tomo agua o jugo, mi gasto es mínimo. En la última juntadita de este tipo, terminé pagando $80'.- por un poco de agua y jugo, un postre y un morrón. La próxima que me cobren la carne, me la meto en el plato y luego en un tapper para Ro! Muchos creen que es un problema, realmente no lo es, pero se esfuerzan ampliamente para hacerlo así. 
Vas a una casa a comprar sandwichs de miga de queso y aceituna, por ejemplo, y hacé de cuenta que le pedís sandwichs de criptonita. Cuando lográs que alguno con buena predisposición te los arme solo para vos, tenés que comprar toda la plancha  y te lo cobran como si el queso fuera hecho con leche de vaca primer premio en la rural. Las pastas? Acá va mi pregunta , porque todas las pastas rellenas de los resto tiene jamón con algo más? ¿Donde vieron que el relleno caprece es con jamón?! 
Tercero: ser mujer e ir a comprar a una ferretería. Este era un evento común, sobre todo cuando vivía sola y ahora también porque soy la que hace los mandados, la que pasea, jajajj...A ver, yo trabajé en mi adolescencia en la ferretería de mi tío Carlito. No atendía generalmente, también hacía los mandados, pero fui aprendiendo cosas. Un tornillo parker no es lo mismo que un philips, los clavos para madera son diferentes a los de pared, las tachas no son iguales a las tachuelas... Hay muchas cosas que no recuerdo, no sé, pero esto no me impide comprarlas , colocarlas y darles uso. Entonces tengo un idioma especial con el que me comunico muy bien con los ferreteros: el idioma del cosito. Yo voy, me plantó en el mostrador y empiezo: necesito una cosita que se pone en la cosa del otro coso. Si el vendedor el canchero y tiene antigüedad en el oficio, me entiende al toque. Tanto en Morón como ahora en Caballito, tengo mis ferreteros de confianza, obviamente son los que manejan este idioma. El tema fue que hoy necesitábamos un coso para el depósito del baño. Le pedí a Ro que me explique y muestre como era y para que servía, para comprarlo. (Porque no se crean que esto es así no más, me instruyo, no es solo ir con el coso del cosito de la cosa!) Cometí el error de ir a una casa de sanitarios, cuando empecé con "un coso"... el tipo se empezó a reír. Me trajo el repuesto, le pregunté si era el único modelo, me dijo que era universal. Volví a casa y cuando quisimos meterlo, no era! Tenía una rosca hembra en lugar de macho. Me fui con el coso recién comprado y el viejo a mi ferretero amigo, ahí me enteré que había dos versiones del repuesto el macho y la hembra y que me tendría que haber preguntado quien me atendió sobre la rosca. Que flojo el sanitarista, me vió mujer e inexperta y me dió cualquier cosa!
Cuarta: ser la única chelista de la orquesta. Del conjunto de los bajos de la orquesta soy la única representante femenina! Dos contrabajistas, dos chelista y yo. Con lo cual, a veces, presencio comentarios bien masculinos hacia otras mujeres, de los que ya a esta altura del partido no me asombro, y cuando les advierto que estoy yo, que aflojen, me salen con "pero vos no sos una mujer, sos uno más de nosotros". A bueno...Lo que me faltaba, que me reduzcan a esa cosa que no es mujer, pero tampoco hombre.

Seguro, alguna vez habrán sido minoría y podrán contar más de una de estas. Hay que hacerle frente a las mayorías aplastantes, ser felices y no morir en el intento.

Hasta pronto...

2 comentarios:

  1. Daniiii!! buenisima la reflexión, pero te voy a "corregir" en algo: las mujeres no somos minoría!!! a lo mucho somos miti y miti,jaja; pero me parece que las mujeres somos más!!! Así que somos mayoríaaaa!!!Firma: Fachi y Simone de Beauvoir.

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    1. Si seguro. Pero en mi lado de la orquesta, somos dos nada más...

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