lunes, 8 de marzo de 2010

Crónica del probador…

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Hola amigos, esta es una crónica que escribí el

17 abril de 2008 y quiero compartirla con ustedes...

Mis compañeras de trabajo me regalaron plata por mi cumpleaños. Y yo que hice con ella? Compré ropa!! En esta oportunidad, voy a describir una situación que quizás muchos conozcan. Primera experiencia: sábado a la mañana me dispongo a comprarme un pantalón de vestir negro para renovar mi indumentaria de conciertos. Después de ver varios locales, me decido y entro al que vi segundo. Cuando ya tenía elegidos los pantalones , me dispongo a probarlos y por fin llevarme uno. Me descalzo para cambiar el pantalón que traía puesto por los elegidos y me pregunto: porque no ponen una alfombrita? Porque tengo que enfriarme los pies? Es un detalle menor, pero hace a la cosa. Bue, Daniela, vos las querés todas. De repente escucho unas voces que vienen de otro probador:'Te queda bien, que es lo que te molesta?' , 'pero es la cola que tenes, que vas a hacerle, te queda así',' Eso se usa así?', 'Qué son esos hilos?', 'Pero , otro, ya te llevas uno? para qué otro?' Ufa!! Ya estaba empezando a fastidiarme este tipo. Si! era un ser humano masculino que acompañaba a una chica. Ya le estaba por decir desde mi lugar: querida, consejo sano: no se va acompañada de un hombre a comprar ropa!!. A veces te encontras con uno que se copa y realmente te acompaña, pero este era el típico macho que, para su pareja elige lo más parecido a una bolsa de arpillera pero en la calle mira todos lo culos que se muestran dentro de los ajustados jeans. Era un pelotazo en contra este ejemplar. Cuando salgo del probador, quería verlo para saber quien era semejante personaje. Y si, era como me lo imaginaba un cuarentón de pantalón de vestir y no muy favorecido por la naturaleza. Lástima que no pude ver a la chica, pero seguro era más joven y gordita.
Segunda experiencia: miércoles sigo gastando la plata de mi cumpleaños. Ahora un jeans. Me meto en el local y pido lo que quería. La empleada me alcanza tres, porque difieren en los talles y cortes. Entro al diminuto probador que consistía en unas cortinas de tela agarradas a un caño que formaba un cuadrado. En el espejo hay un cartel que dice 'cuelgue la ropa en el gancho'. Que gancho? Esa jota de 5 cm que se esconde al costado? Como pretenden que los 3 pantalones, mi cartera, mi pantalón entren en ese gancho insignificante!?Bueno, por suerte soy creativa. Terminé colgando los pantalones del caño-estructura y el resto en la jota. Otra vez el piso frío. Grrrr!. No, pero ahora viene lo mejor: sacarse el pantalón haciendo acrobacias para no caer al piso. Para esto , practicamos la postura de la garza: un pie en el piso , otro en el aire. Si lo piensan bien , al hacer esta postura, nuestra cola queda sobresaliendo del resto del cuerpo ampliamente. Ahora la acrobacia consiste en evitar que los que están fuera del probador vean tu cola asomarse por la cortina. En el local solo había mujeres. Ninguna se asombraría de ver una cola en ropa interior, pero yo le muestro mi ropa y mi cola a quien yo quiero! Entonces, pienso en girarme y no estar de espaldas a la abertura de la cortina y ¿con qué me encuentro? Con la cola de la chica que está en el otro probador haciendo exactamente lo mismo que yo! Uhh, en qué piensan cuando arman esos espacios? En acróbatas, en nudistas? Bueno, me elegí uno. Pero dame de otro color. 'OK, te lo querés probar ?' me pregunta la empleada, después de todas las maniobras que tuve que hacer , pensé : ni en pedo! Me lo llevo así.
Chicas la próxima vez q decidan comprarse ropa, tengan en cuenta algunas cosas: no ir con sus parejas ( al menos que realmente tengan buena onda), y si lo hacen porque son los que pagan , pídanle una extensión de la tarjeta de crédito o un cheque y eviten llevarlo. Hagan ejercicios de elongación y lleven de calzado unas chinelitas para ponerse y no enfriarse las paticas y algunas perchas extras o ganchos confeccionados con alambre .

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